Feria de Muestras de Asturias - HISTORIA GRÁFICA (1924-2016)
108 109 Carteles e imágenes gráficas de la Feria de Muestras de Asturias 2 V. Zubillaga 3. ª EDICIóN 1926 La creación en 1926 en Gijón de un comité local que dependía del Instituto Provincial de Turismo incrementó los encargos al sector del cartelismo, con la solicitud habitual a los artistas asturianos y foráneos del diseño de imágenes promocionales para la difusión del evento. En esta tercera edición destacan sobremanera las obras del artista local V. Zubillaga, que en mayo de aquel año había expuesto varios dibujos de paisajes y cartones en el Ateneo Obrero de Gijón. Tres de ellos fueron seleccionados para su exhibición en el pabellón institucional del citado centro, que también mostraba obras del artista asturiano Tyno Uría Aza y del suizo Fochlatter, entre otros. Son muy representativas estas dos obras de Zubillaga como imagen de esta tercera edición porque entroncan con la tradición cartelista de la época y con la creciente labor de los establecimientos litográficos regionales, como Litografía Viña, Litografía Torres y Cía. o la Compañía Asturiana de Artes Gráficas, que facilitaron las labores publicitarias de todos los sectores comerciales de la región. Durante estos años la propaganda ferial se intensificó mucho, creando insignias, postales, sellos y sobres que se distribuyeron dentro y fuera de España con el apoyo de los organismos institucionales. Los pintores y grabadores asturianos practicaban con asiduidad estas técnicas de estampación y, por tanto, se ajustaban bien a las condiciones de estos productos, como los carteles y las postales, que serían santo y seña de la Feria de Muestras. En la primera obra, Zubillaga emplea un recurso iconográfico habitual en el ámbito del comercio, la imagen del dios romano Mercurio (Hermes, en la tradición mitológica griega) con su atributo más conocido, el casco alado. Alegoría de la abundancia y del éxito comercial, la silueta roja del mensajero de los dioses destaca aquí en el primer plano sobre el fondo, donde un barco de color amarillo surca el simbólico azul que recuerda la ciudad y su cercanía al mar. Aparece, además, el escudo de Asturias, inscrito en la vela blanca y compensando con su tono amarillo el homónimo del velero. La combinación de ocho tintas para la solución litográfica es sencilla pero muy rotunda y eficaz. En la segunda obra la técnica es similar, aunque el artista cede el protagonismo al paisaje, prescindiendo de la iconografía clásica. Se trata de una composición limpia, de gamas y formas que parecen ajenas a la naturaleza asturiana, con una estilizada disposición de la naturaleza que sugiere connotaciones mediterráneas o tropicales. Pero se mantiene su mirada innata que, como buen asturiano, apunta al mar, la bahía, los árboles y las montañas, elementos inseparables de la idiosincrasia visual astur. V. Zubillaga . III Feria Oficial de Muestras Internacional Asturiana , 1926. Litografía. 14 x 9 cm. Colección de Martín Carrasco Marqués. V. Zubillaga III Feria Oficial de Muestras Internacional Asturiana , 1926. Litografía. 14 x 9 cm. Colección del Muséu del Pueblu d’Asturies.
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