Feria de Muestras de Asturias - HISTORIA GRÁFICA (1924-2016)

34 35 FIDMA Y LA CÁMARA DE COMERCIO DE GIJÓN: HISTORIAS EN PARALELO 1.1 El éxito de este primer ensayo aceleró la autorización para realizar una feria anual en Gijón durante el mes de agosto, en la que las naciones invitadas debían ser: Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Inglaterra, Dinamarca, Suecia, Noruega, Suiza y estados americanos. En previsión de un mayor número de expositores, pues muchos habían confir- mado su asistencia antes de concluir la primera edición, la Feria se trasladó a los Campos Elíseos, recinto que ya había sido utilizado para la Exposición Regional de 1899 y que se convirtió en el emplazamiento definitivo de esta primera etapa. 24.000 metros cuadrados acogieron en 1925 a 400 expositores, muchos de ellos extranjeros. El apoyo de los ciudadanos fue tal que se creó la Asociación Popular de la Feria de Muestras Asturiana, en la que particulares podían aportar su granito de arena para mantener viva la Feria. El modelo desarrollado por la Feria de Muestras gozó de gran éxito y se mantuvo fiel durante esta primera etapa, con el desarrollo paralelo a la Feria entre 1928 y 1930 de la Exposición Agropecuaria, un certamen de ganado que ocupó el adya- cente campo de La Florida. Aumentó el número de expositores y se fomentaron sectores como el lácteo, en el que Asturias era el principal productor español, con pabellones propios. En 1930 se celebró la última edición de esta primera etapa de la Feria; la sensación de afianzamiento y continuidad del certamen era tal que el 15 de agosto, durante la celebración de las fiestas de Begoña, el joven arquitecto Juan Manuel del Busto presentó su anteproyecto para la construcción de un recinto ferial de 100.000 metros cuadrados en la ería del Piles; la parcela delimitaba con las carreteras del Infanzón y la Providencia y el pabellón se inspiraba en el recinto la Exposición Universal de Barcelona en Montjuic de 1929. Su acceso principal se situaba frente al puente del Piles con una gran rotonda y el interior se organizaba en torno a una amplia avenida central, que comu- nicaba con una explanada final donde se ubicaban los pabellones principales. Un pabellón central de dos plantas con una sala de juntas, oficinas y una sala de fiestas-auditorio estaba flanqueado por dos pabellones gemelos, destinados a exposiciones. El recinto se completaba con un acuarium-restaurant , un teatro al aire libre, campos de tenis, sidrería y bolera, y un pabellón destinado a museo. Las dificultades económicas y la suspensión de fondos de ayuda para la Feria harían que la edición de 1931 se cancelase, dejando este proyecto archivado. La cancelación de la Feria, debido a la falta de entendimiento entre el Comité Ejecutivo y el Ayuntamiento de Gijón, dio paso a un cruce de acusaciones entre las partes, aunque todos coincidieron en que, en un ciclo negativo de la economía nacional y regional, era un error perder el instrumento capaz de proyectar opti- mismo y esperanzas de recuperación. Ante la proclamación de la Segunda República en abril de 1931, las Cámaras, como organizaciones apolíticas, continuaron su trabajo como entidades de control y colaboradoras del poder constituido. Además, se mantuvieron contrarias a los movimientos insurreccionales de distinto signo que se sucedieron en años poste- riores, en un periodo de turbulencias políticas que derivarían en la Guerra Civil. En 1939 se destruyeron los archivos de la Cámara de Comercio de Gijón, lo que dificultó el estudio de las primeras décadas de vida de esta institución. Vista de la exposición de ganado en la I Exposición Agropecuaria, 1928 (Constantino Suárez, Muséu del Pueblu d’Asturies). Vista general del proyecto de Juan Manuel del Busto para el recinto de la Feria de Muestras Asturiana (imagen superior); proyecto para el pabellón principal (en el centro) y pabellón de exposiciones nacionales e internacionales (imagen inferior) (imágenes cortesía de El Comercio , publicadas el 15 de agosto de 1930).

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