Feria de Muestras de Asturias - HISTORIA GRÁFICA (1924-2016)

36 37 FIDMA Y LA CÁMARA DE COMERCIO DE GIJÓN: HISTORIAS EN PARALELO 1.1 Las Cámaras de Comercio durante la Posguerra y LA autarquía Con la instauración del franquismo, el nuevo régimen modifica los organismos de representación de empresarios y trabajadores con la intención de unificarlos bajo la Organización Sindical. La particular naturaleza de las Cámaras hace que puedan evadir esa fusión; de hecho la Ley de Bases de 1911 y el Reglamento de Cámaras de 1929 siguieron vigentes, aunque se crearon otras disposiciones que las dejaron en situación de debilidad, marginadas de los órganos consultivos económicos. Parece que pasar inadvertidas fue la postura oficial del Consejo Superior de Cámaras, que en su publicación Comercio, Industria y Navegación de España justificaba su actividad casi inexistente y su nula inversión como medida de ahorro y contención. La Cámara de Comercio de Gijón, presidida por Rogelio Martínez Fernández de 1934 a 1963 14 , mantuvo un perfil discreto, con iniciativas de impacto local, con una estructura interna limitada al presidente, vicepresidente, secretario general y una secretaria. Incluso en 1946, ante la Exposición de Productos Regionales del Noroeste, su papel pasó casi inadvertido. La Exposición de Productos Regionales del Noroeste fue una iniciativa del Gobierno central que necesitaba mostrar su apoyo a las firmas industriales y manu- factureras de Asturias, Galicia y León. Su director general fue José María Barba- chano, funcionario del Ministerio de Comercio y director de la revista Metalurgia y Electricidad . 14 La Real Orden del 17 de febrero de 1937 disponía que se suspendía la posibilidad de realizar un proceso electoral en las Cámaras situadas en el bando nacional; una vez finalizada la guerra se extendió al resto de las Cámaras y se mantendría durante el franquismo. La cita estaba pensada para celebrarse cada año en una de las regiones repre- sentadas; Gijón, por su tradición ferial, fue la elegida para esta primera edición, que resultó única. Se realizó en el mes de agosto en los Campos Elíseos. Los preparativos fueron seguidos por la prensa, que recogió con especial interés la iluminación artística y la instalación sonora a cargo de Telefunken; un despliegue de medios que incluía actuaciones de bandas y orquestas de fama nacional. Además, la organización puso espacios gratuitos a disposición de los expositores y dos estands cerrados y decorados para que los pintores noveles pudiesen mostrar sus obras. Algunos expositores se apoyaron en el arte y de ese certamen se conserva en el Museo de Bellas Artes de Asturias una obra reali- zada por el artista asturiano Andrés Vidau, Alegoría de Asturias , encargo de los hermanos Sixto y Marcial García Álvarez para decorar su estand. El catálogo publicado con motivo de esta Exposición, que la historia ha conta- bilizado como la VIII Feria de Muestras, dedicaba unas páginas al turismo en Gijón y recogía ilustraciones de obras de artistas asturianos, a la manera de las guías publicadas en los años veinte, pero con un carácter propagandístico y polí- tico mucho más marcado, que se evidenció con la visita de Francisco Franco y el intento de atentado que sufrió a su llegada al recinto. El papel de la prensa fue especialmente importante, ya que vinculó la Exposi- ción a las Ferias de Muestras Asturianas, invocando la memoria emocional colec- tiva para lograr el éxito y la buena acogida del certamen. Alegoría de Asturias , de Andrés Vidau. Encargo de los hermanos Sixto y Marcial García Álvarez para su estand en la Exposición de Productos Regionales del Noroeste de España de 1946 (dimensiones: 150 x 700 cm. Museo de Bellas Artes de Asturias).

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