Feria de Muestras de Asturias - HISTORIA GRÁFICA (1924-2016)

73 72 La recuperación de una tradición como proyecto de futuro 1.3 Buero Vallejo, entre otros 1 –. Algunos de ellos hicieron uso del derecho de petición solicitando en una carta dirigida a Manuel Fraga «1.º La práctica de la lealtad informativa. 2.º La normalización del sistema de negociación de las reivindica- ciones económicas», lo que dio inicio a una lucha democrática abierta contra el régimen. Asturias vivía un momento crucial en el que debía hacer las mejoras sufi- cientes para situarse como referente en el desarrollo industrial que vivía el país. Junto a las obras del gran puerto de El Musel, que pretendía ser un referente del Cantábrico uniéndose mediante ferrocarril con Ensidesa, la reactivación de las Cámaras de Comercio fomentó los proyectos del aeropuerto de Asturias y la auto- pista de unión entre Oviedo, Gijón y Avilés. En esos años se reforzó la conexión telefónica con la meseta y la carretera de Pajares. En Gijón, la Cámara de Comercio vio necesario reactivar la economía, fomentar el consumo y demostrar las posibilidades de Asturias a través de una estrategia clara de recuperar su tradición ferial, apagada durante tantos años. La Feria de Muestras constituiría un escenario en el que, además de exponer productos, se concienciase a los propios asturianos del momento crucial que se estaba viviendo. En palabras de Luis Adaro, «en la Feria pretendemos informar gráficamente a todos los asturianos de lo que es esta espléndida región de España, de las posi- bilidades que tiene y de cuáles van a ser los caminos que se van a seguir para su máximo desarrollo en tiempos venideros» 2 . La Feria Oficial de Muestras surgió pensando en el futuro, con el fin de conver- tirse en una herramienta estable de promoción en la que participasen todos los agentes, tanto políticos como sociales. Para ello apelaba a la memoria colectiva, a la nostalgia de un proyecto de éxito realizado con el apoyo de todos, en un tiempo previo a la depresión económica y a los enfrentamientos fratricidas. La Feria de Muestras se presentaba bajo su propio isotipo, lo que coloquial- mente se denomina logo , un símbolo creado en 1965 que recogía una rueda dentada simbolizando la industria y un pez la navegación, atravesados ambos por un tallo que podría simbolizar el campo. En el centro, un hórreo recuerda la tradi- ción e identidad regional. Se incluyó en los catálogos, publicaciones y material promocional del certamen en forma de banderines y pines o cajas de cerrillas, y creó una identidad del certamen paralela a la institución que le dio vida. En el año 2000 se dejó de utilizar al considerarse que, como una actividad más de la Cámara de Comercio de Gijón, la Feria de Muestras no podía tener su propia identidad gráfica. La cobertura que la radio y la televisión, así como la prensa escrita, dieron a la primera edición moderna de la Feria fueron claves para su éxito y la buena acogida por parte del público. La Feria, como en su primera etapa, se desarrolló en el mes de agosto, por lo que la idea de unirla al concepto de verano en Gijón volvía a ser clave. La publicación Gijón. Verano sustituía a los antiguos portfolios y recogía las actividades más relevantes de la ciudad en esas fechas, imágenes de 1 «Carta de un grupo de intelectuales a Manuel Fraga Iribarne», mayo de 1962 en Vega García, R.: Hay una luz en Asturias… Las huelgas de 1962 en Asturias , Gijón: Fundación Juan Muñiz Zapico, Ediciones Trea, 2012, pág. 496. 2 En Catálogo de la IX Feria de Muestras de Asturias , Cámara de Comercio de Gijón, 1965. lugares emblemáticos y artículos sobre la riqueza cultural de la ciudad. En 1965 la Feria incluyó unas líneas justificando su vuelta y augurando la llegada de visi- tantes forasteros. En años posteriores, sus anuncios se intercalaron con artículos que destacan los avances y propuestas realizadas por la Feria, su nueva localiza- ción junto a la playa y, sobre todo, la sitúan como un acontecimiento central del verano gijonés. Durante la década de los cuarenta y de los cincuenta el deterioro de los centros culturales retrasó la llegada de las nuevas corrientes surgidas en la Europa de la posguerra, y solo iniciativas de agrupaciones de artistas como Dau al Set y posteriormente El Paso, Parpalló y Equipo 57 iniciaron los caminos hacia la modernidad. El informalismo no entró en los principales centros artísticos hasta 1955, retrasándose aún más su llegada a lugares periféricos como Asturias, donde en 1965 la situación artística era bastante precaria y la formación que ofrecía la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de San Salvador de Oviedo era de raíz conservadora. Si bien se produjeron las primeras iniciativas de salas privadas, las opciones para los artistas que quisiesen desarrollar una carrera pasaban por el continuo viaje fuera de la región, a excepción de los pocos casos de autores que realizaron una práctica aislada y en solitario, como Aurelio Suárez. En lo referente al cartel, tras la Guerra Civil esta disciplina sufrió un retroceso y el imaginario utilizado en la propaganda turística retomaba imágenes y compo- siciones tradicionales, sin generar ninguna novedad compositiva. Los festejos locales, especialmente de Gijón, Oviedo y Avilés, volvieron a constituir al igual que a principios del siglo xx el principal motivo de concurso, atado ahora a disposi- ciones legales y a la censura. Como la población, los artistas que habían realizado material propagandístico para la Feria de Muestras sufrían las consecuencias de la guerra, como por ejemplo Germán Horacio, quién partió exiliado a México, o Mariano Moré, quien sufrió la cárcel para, tras su liberación, centrarse en su obra pictórica, dejando la práctica del cartel como una práctica marginal. También hubo artistas como Paulino Vicente, simpatizante del régimen, que sí continuó realizando carteles tras la guerra. Sin embargo, los treinta y cinco años que separan la primera y segunda etapa de la Feria –si no tenemos en cuenta la singular edición de la Exposición Regional de Productos del Noroeste– supone un salto generacional en los autores del cartel de la Feria. Ese salto incluyó a artistas significativos del cartel en Asturias a partir de los años cuarenta, como Alfonso o Falo. El cartel seguía siendo un medio de difusión para la Feria de Muestras, pero fueron diseñadores e ilustradores ligados al ámbito de la publicidad los que realizaron el cartel anunciador de las primeras ediciones. El encargado de diseñar el cartel en 1965 fue José Luis Lara Nosti, dibujante en Publicidad Veloz , donde era colaborador de Joaquín Merediz, subdirector de Relaciones Públicas del certamen. La imagen que adquirió la Feria en esta nueva etapa estaba dominada por la fuerza de la industria, en detrimento de la Astu- rias rural, reflejo del impulso que se pretendía dar a la industria transformadora. Aunque el cartel tuvo una gran distribución gracias a la colaboración de comer- ciantes que lo difundieron en sus escaparates, dejó de ser el principal elemento de promoción, por lo que se trazó una estrategia de propaganda que intentó ser más cercana y directa. El Comité de la Feria organizó, junto con algunos de los exposi- tores, caravanas publicitarias que recorrían las poblaciones de la región buscando nuevos expositores y visitantes. Conseguirán levantar una gran expectación y sus Imagen creada en 1965 como emblema de la Feria de Muestras de Asturias. Una de las imágenes gráficas que ilustran el catálogo de la I Feria Internacional de la Maquinaria de Minas, Yacimientos y Canteras, organizada por la Cámara de Comercio de Gijón en 1967. Catálogo realizado por la editorial Estella, Gijón.

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